La Scaloneta logró algo más importante que cualquier récord, es unánime
Lo dije el jueves en el programa de La Patria Futbolera, que se emite en la Radio Pública del Oeste y hoy fui por un carril parecido en el cierre de la transmisión, luego de la victoria frente a Colombia, que nos dio una nueva Copa América y nos puso como el equipo más ganador de la especialidad.
Hace 30 años llegamos a jugar el Mundial de los Estados Unidos y nuestra carta de presentación decía: “Argentina es la nueva potencia del fútbol mundial de Selecciones” (aún después de clasificar por el repechaje y de caer 5-0 contra Colombia).
Argumentos había de sobra. Campeones del Mundo en 1978, Juveniles en el 79 con un equipo maravilloso, ganadores del Mundial 86 de manera invicta, sin jugar alargues y sin ir a los penales y subcampeones en Italia 90.
Encima habíamos obtenido dos Copas América, la Artemio Franchi, la Copa Rey Fahd y la Copa Kirin.
Asimismo podíamos agregar a la bolsa de argumentos, que el sucesor de Péle (Diego) era nuestro, que Grondona era uno de los dirigentes más influyentes del fútbol mundial y que contábamos con dos entrenadores como Menotti y Bilardo de una gravitación notable.
El Flaco porque para lograr el Mundial de Argentina, armó un trabajo novedoso con cuatro seleccionados en la previa, apelando a los jugadores del interior por ejemplo. Mientras que el Narigón, implementó un sistema táctico innovador que posteriormente a la conquista de México, tomaron otras Selecciones como Alemania y Brasil, por citar a algunas. También ese 3-5-2, que a veces era 3-7-0, fue reconocido por prestigiosas publicaciones como la revista World Soccer.
Así aterrizamos a la cita del país del norte en 1994, cuando pasó lo que ya sabemos. Vino la cacería a Maradona, al que sacaron del Mundial y al quien el cuerpo técnico, no cuidó como era debido y nos fuimos en octavos.
A partir de ahí, se produjo un período de ostracismo total con una frustración tras otra. Parecía una cargada del destino. Todo lo que ganábamos con los chicos dirigidos por Pékerman, no podíamos cristalizarlo entre los mayores y de esa forma pasaron camadas y camadas de grandes futbolistas, un Dream team como el equipo de Venezuela 2007, que fue lo mejor individualmente que pudo presentar una selección después de la de España 1982 o EEUU 1994 y no podíamos levantar una copa.
También tuvimos entrenadores notables como Bielsa o Sabella, quien devolvió a la Argentina a una final mundialista tras 24 años y aún jugando mejor que Alemania no se dio. Tras cartón, luego con Martino perdimos dos finales sin perder ante Chile, en un hecho casi sin precedentes.
Pero como no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, la sequía concluyó hace tres años y luego de ganar la Copa América de Brasil, llegó la Finalissima, la gloria eterna de Qatar y ahora la obtención de una nueva Copa América en los mismos Estados Unidos, que nos dieron la espalda en 1994 y 2016, durante la Copa del Centenario.
En virtud de ello, me gustaría que ahora que llegó toda la buena y que en el promedio somos el mejor equipo del mundo, que lo valoremos en tiempo y forma, y que no haya que esperar a que lleguen las épocas de vacas flacas (porque algún día vamos a perder), para darle el valor que tiene el haber cosechado cuatro títulos en seis años.
Por eso, es tiempo de festejar y de celebrar al Dibu como ese arquero de equipo grande que es, al Cuti, que si tuviese la camiseta blanca de Real Madrid, en vez de la blanca del Tottenham, sería considerado el mejor zaguero del planeta, es momento de ponderar ese corazón gigante de De Paul, de seguir conmoviéndonos con los piques de Julián, de vibrar con los goles de Lautaro, de continuar rindiéndonos a los pies de esa leyenda llamada Messi y homenajear hasta que no podamos más al Fideo Di María.
El Angelito, al que le pidieron que no vuelva más y se va de “Albiceleste”, como uno de los integrantes de la galería de los gigantes del combinado nacional. Como así también, es oportuno seguir reconociendo a Scaloni y a todo su cuerpo que técnico. Ese staff que en base a su trabajo, sabiduría, pragmatismo, conocimiento y manejo de grupo todo lo que toca lo convierte en oro.
Salud campeones, gracias por no dejarnos nunca tirados y sepan que han conseguido algo todavía más importante que el hecho histórico de obtener el triplete de Copa América – Mundial – Copa América o cortar con una racha tan larga de un conjunto más que respetable como el de Colombia que dirige Lorenzo. Ustedes lograron la unanimidad de todo un país deportivo. Un suceso sin precedente. Asimismo, nos regalan emociones como la de hoy y eso en un tiempo como este, donde a los argentinos nos cuesta mucho hacer un gol se valora el triple.