Mucho para corregir con poco margen de error
Contra todos los pronósticos se quedó con la victoria Arabia Saudita, ni el más optimista de la selección asiática podía imaginarse un trámite como este, el que su equipo comenzara perdiendo 1-0, le hicieran goles de todos los colores, y solamente gracias al VAR se evitara que la derrota fuera mayor. En otras circunstancias el primer tiempo terminaba 4-0, dos goles de Messi y dos de Lautaro Martínez.
Terminó el primer tiempo ganando 1-0, aunque los últimos 15 minutos argentinos no me gustaron. No me gustó De Paul, Leandro Paredes, tal ves el mejor argentino, fue retirado del campo, y aún no entiendo porque. Estuvo bien que entrara Enzo Fernández, pero no que saliera Paredes, El cambio era por Rodrigo De Paul, un jugador que nos hemos cansado de elogiar pero no estuvo a la altura, no dió la talla desde lo futbolístico.
El segundo tiempo Argentina salió mirando como jugaba Arabia, y Arabia marcó dos golazos. La única manera que se puede derrotar al Dibu Martínez. Lo dijimos en La Patria Futbolera y lo queremos dejar en claro, no hay forma de meterle goles a Emiliano Martinez, que no sea batirlo de esa manera: mediante golazos. El primero a los tres del segundo, una pelota abajo, que chicotea el costado de la red, geométricamente el gol fue perfecto, y no se le puede endilgar nada al arquero argentino. Gol de Saleh Al Sheri. Y luego Salem Al Dawsari, remate, cruzado al ángulo, a los 8 de la segunda parte. Aunque, este no fue tan perfecto, como el del primer gol, en este segundo, el arquero alcanza a tocar la pelota, pero otra vez la misma chicotea el ángulo superior izquierdo, del costado de la red.
Baldazo de agua fría, el equipo argentino se encontró mirando de un lado al otro para entender que había pasado; a partir de este momento mermó el rendimiento. Argentina creó situaciones frente a un trámite mezquino del equipo asiático, sabiendo que en frente tenía a la celeste y blanca. En las que pudo jugar la suerte, se puso la camiseta de Arabia, le sacaron una pelota sobre la línea, atajada del arquero, en un remate de Tagliafico, que fue más un rebote que otra cosa, y un cabezazo de Julián Álvarez que despejó un defensor con el arquero caído, además la Argentina tuvo una decena de corners. Estas cosas pasan en un partido pero en un Mundial el margen de error se achica.
La selección podía igualar el récord al equipo Italiano si lograba un nuevo invicto (37), pero luego de 36 invictos Argentina perdió, y en el comienzo del Mundial, más caja de resonancia esto no puede tener.
Ahora, es momento de no abandonar la convicción, la idea que la scaloneta llega absolutamente capacitada para llegar muy lejos en el mundial.
Se vió una de las peores expresiones del equipo de Scaloni. Para esto no hay que perder la brújula, el norte. El equipo no jugó tan bien como otras veces pero pudo verse la brillantez de su fútbol. Después del primer tiempo creíamos que el segundo gol caía de maduro, por la solidez ofensiva, y por los mínimos detalles reglamentarios con que se anularon- con razón y justicia- los goles. ¿Cuánto espacio puede ocupar un brazo en diagonal, por delante del hombre de la última línea defensiva, 30, 40 centrímetros?
Ese fue el detalle, 30 o 40 cm, en una cancha que tiene 120 metros e largo, puede parecer una verdad de perogrullo, puede parecer una forma infantil de entenderlo, pero matemáticamente los números marcan que por esos detalles Argentina no supo aumentar la ventaja obtenida en el primer tiempo, ni llevar adelante la segunda parte del partido. Estos cuatro días serán eternos para nosotros y los jugadores también. El equipo será un león herido que está esperando que cicatrice la herida para salir a la batalla de nuevo, y no hay que herir al que no se puede matar. Alguien dijo que España salió campeón en 2010, luego de perder el primer partido en la fase de grupo. Veremos, falta mucho, nos vamos a ir enterando como llega el equipo, y la hora de la verdad estará en el partido frente a México.