Lo de siempre: el futbol y la vida

Lo de siempre, no?

El fútbol y la vida.

En 1993, una fuerte derrota frente a Colombia obligaba a la Selección a un repechaje frente a Australia, con dos destinos posibles: ganar, ó quedar afuera del Mundial en Estados Unidos el año siguiente.

Por entonces, Diego Maradona estaba retirado y en tratamiento por sus problemas de adicción, sufriendo desde la platea como nosotros, los otros 80.000, la sucesión de goles amarillos -¿ suena?-.

Camiseta amarilla, pantaloncito azul.

Cuando fueron llegando el tercero, el cuarto, el quinto, desde las tribunas, espontáneo, comenzó el grito que se hizo pueblo, casi unánime, poderoso, ¿utópico?, convencido.

¡ Maradó, Maradó, Maradó..!

Y Diego volvió a jugar, y se ganó, y llegaba el Mundial.

En aquel tiempo, Joao Havelange, brasileño, Presidente de la F.I.F.A, era al fútbol algo parecido a lo que ahora es la repugnante Corte Suprema en la Argentina.

Cinismo.

Autoritarismo.

Corrupción.

Éso sí, el hombre -Havelange-, era astuto, y sabía que la presencia de Diego realzaba el Campeonato por venir, así que no tuvo inconveniente en prometerle a Julio Grondona que no habría análisis de orina para el 10 después de los partidos, teniendo en cuenta que tal vez tendría que tomar alguna medicación. Todo bien.

Todo bien, hasta que el equipo le hizo cuatro a Grecia y le dió vuelta el resultado a Nigeria.

Todo bien hoy, en nuestro país, hasta que se vota en nueve provincias y en siete ganan el Frente de Todos ó aliados, en una el radicalismo y en Neuquén un desprendimiento del Movimiento Popular Neuquino

¿Qué hizo Havelange en 1994? Dejó caer la espada que tenía sobre Diego y le cortó la cabeza, ó las piernas, fué lo mismo.

¿Qué hacen hoy acá los Supremos delincuentes? A tres días de la veda electoral, a cinco días de las elecciones, suspenden en San Juan y Tucumán, otros dos triunfos inevitables del peronismo y el progresismo. Y de paso, nos avisan a todos que si Cristina se hace candidata, apuran los tiempos y la proscriben, en fecha lo más cercana posible al domingo de las urnas nacionales.

Creo, en cambio, que si ella mantiene su postura, tal cual parece, el fallo firme – y cantado-, será alguna vez, sin apuro, total, lo importante, sacarla de la cancha, ya se consiguió.

En aquel mundo estábamos a finales del siglo XX, en aquel mundo seguimos, siento que peor.

Diego y Cristina.

El fútbol y la vida.

La misma impotencia, las mismas injusticias, las mismas traiciones.

No, a ver si éstos tipos ganan el Mundial.

No, a ver si ésta yegua nos gana de nuevo.

La vida y el fútbol.

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