Desde hace un mes siento una cosquilla linda en el pecho. Es una mezcla. Es un peso enorme que me saqué de encima y al mismo tiempo una alegría interminable. Y eso que yo no hice nada. Bah, si, sufrir como un loco, eso hice.

Desde hace un mes me refiero al otro o la otra como campeón o campeona. A veces le agrego la expresión del mundo, pero a veces, y sólo a un puñado de personas. A esas que sé que viven (y vivieron) el mundial, nuestro mundial, de la misma manera. De la única manera que se puede vivirlo habiendo nacido acá.

Desde hace un mes miro el cielo y agradezco, a quien sea, esta felicidad tan grande. Agradecer esa imagen de ver a Lio levantar esa Copa maldita que nos gambeteó ocho veces seguidas y que en dos oportunidades se nos escapó de las manos.

Desde hace un mes me pongo la camiseta de la selección todos los días. Y no es la versión jugador ni hincha, es la versión mantero que compré en Ituzaingó la mañana del sábado que jugamos con México, horas antes de esa final adelantada. A veces, si no la vestí aunque sea un rato durante el día, me la llevo a dormir como si fuera mi objeto transicional.

Desde hace un mes Valentino me pregunta que es lo que más me gustó del mundial y yo siempre le respondo que es haberlo compartido con él, que empieza este camino de sufrir los mundiales.

Desde hace un mes me emociono ante cada video que encuentro o me mandan. No importa cuantas veces haya visto las mismas imágenes.

Desde hace un mes miro las ventanas de los edificios, de las casas por todos los lugares por los que ando y trato de imaginarme como vivieron aquel 18 de diciembre.

Desde hace un mes busco en las redes en que andan esos 26 tipos que lograron esta alegria tan sarpada y eterna. Quiero saber como están, si los están cuidando, si meten goles. Esos tipos lograron por un puñado de días que todos nos sintamos de la misma manera, lograron que no haya abismos entre nosotros, que no nos importen las diferencias, ni las penurias ni las carencias. Fuimos parte de una fiesta que siempre merecimos y que nos costó años festejar algo todos juntos.

Desde hace un mes soy feliz. Feliz de haber nacido en este lugar que ahora tiene tres estrellas hermosas.

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