¿Por qué perdió Argentina?
Mi amigo Matías lanzó la pregunta del millón:
¿Por qué perdió Argentina?
Podemos ensayar la respuesta corta y sencilla o la larga y matizada. O ambas.
Lo más fácil es decir que perdió porque jugó mal. Y cuando se juega mal es mucho más probable perder que cuando se juega bien.
Sucede que esa respuesta corta contiene el germen de la otra y quizás sea interesante explorar algunas aristas de una derrota como la de hoy.
Se puede analizar una carrera, un ciclo, un proceso, una temporada prescindiendo en buena medida del factor azar. Pero en un partido de mundial, de este nivel, el azar suele jugar un papel importante. Muchas de las cosas que suceden en un encuentro profesional están emparentadas con el azar. Muchas. En ocasiones, la mayoría. ¿Estoy diciendo que Argentina perdió porque no lo acompañó la suerte? No, no es tan líneal la cosa. Pero es extremadamente probable que los próximos 20 disparos de los delanteros árabes que hoy la metieron vayan afuera o a las manos del arquero rival. Si el rulo que hizo Lautaro Martínez para evitar el off side lo hacía de unos cinco o diez centímetros más de diámetro, no hubiera estado adelantado y la Argentina se ponía dos a cero… Vale decir, situaciones muy puntuales, detalles mínimos, imponderables resultan importantísimos en un encuentro que se da como el de hoy. Vale decir que no podemos afirmar que Argentina perdió por mala suerte. Pero, de mínima, si podemos afirmar que la suerte no jugó a su favor.
¿Y el factor anímico? ¿Habrá perdido la Argentina porque sobró el partido o porque le pesó demasiado el rótulo de candidato? Difícil saberlo. Pero es perfectamente probable que los capitaneados por Messi hayan salido a la cancha sintiéndose superiores al equipo Saudí. ¡Pasa que lo son! La Argentina es mejor equipo que Arabia Saudita. ¿Cómo se esconderían de esa realidad? Ahora, de ahí a decir que por eso perdían las divididas o erraban algunos pases parece mucho. Del mismo modo se puede rebatir la otra opción. Difícil pensar que hayan sido superados por el escenario futbolistas que están acostumbrados al roce permanente con los mejores del mundo en Europa o que vienen de ganar la Copa América en el Maracaná. De modo que la cuestión emocional puede haber tenido un papel pero lo más probable es que cualquier resabio haya desaparecido al empezar a rodar la pelotita.
¿Habrá perdido por una conspiración arbitral? No, la verdad es que no. El VAR ha dado muestras de cómo funciona en este Mundial. La decisión es cobrar penales que en la mayor parte de las ligas del mundo hasta antes del mundial no eran sancionados (algo que hoy favoreció a Argentina). También parece evidente que harán uso de la herramienta tecnológica que mide casi en tiempo real la posición para sancionar los adelantamientos así sea por centímetros. Ambas decisiones tienen aval reglamentario. La ley de la posición adelantada es taxativa y objetiva. No hay lugar para interpretación. Un hombro adelantado es fuera de juego. Si no nos gusta la regla quizás habría que cambiarla. Pero esa es otra discusión…
De manera que todos estos factores colaboraron pero ninguno explica del todo porque perdió Argentina ante un rival con el que hay una enorme diferencia de jerarquía individual y colectiva.
Quizás haya que volver a la explicación corta. Perdió porque jugó mal. Porque no acertó en los pases, porque le faltó esa precisión imprescindible para que la pelota pase y el receptor no quede adelantado, porque no supo sorprender con otros futbolistas que llegaran de atrás para romper la eficiencia de la defensa Árabe, porque no defendió bien cuando la atacaron y porque no supo o no pudo convertir las pocas que tuvo. Cuando jugás mal es más probable perder que cuando jugás bien. Finalmente es eso. Nada más que eso. Y nada menos.
Habrá que pasar página y estar metidos con México para no repetir errores. Condiciones sobran.