Los de afuera son de palo, decía Obdulio
En líneas generales eso del Día del Hincha me parece un absurdo. ¿Qué es lo que hay que celebrar del “hincha”? Soy de los que creen que no es buena idea poner a los espectadores en el centro de la escena. A mi me gusta el fútbol. El bautizado “espectáculo de las tribunas” no me mueve un pelo en tanto “espectáculo”. Me fascina como expresión de alegría y de identidad populares. Eso sí. Pero en lo estrictamente futbolístico, me gusta el mandato de Obdulio: los de afuera son de palo.
Ahora bien, como dije arriba, hay algo identitario en el hincha de fútbol. Cuándo esa identidad se resignifica en acción política, en militancia, en defensa de lo propio y amado, ahí la cosa cambia.
Un día de triste memoria una funcionaria, quizás sin mucha idea de lo que decía o quizás sin ninguna empatía con las causas populares, salió a decir algo así como “Racing club ha dejado de existir”. ¿Alguien tiene alguna duda que de no mediar la enorme, conmovedora y comprometida movilización racinguista lo que dijo la funcionaria podría haberse cumplido?
A la vieja y gloriosa Academia la salvaron sus hinchas. La rescataron de las fauces de una burocracia imbécil que no entiende de identidades, de generaciones pasándose testimonio de esa bandera, ese escudo y ese orgullo celeste y blanco que fue y es (como todos los clubes del amado fútbol argentino) seña constitutiva de un modo de entender la vida de este lado del mundo.
A partir de aquella gesta el hincha de Racing dejó de ser como cualquier otro hincha de cualquier otro club (hay otros clubes que pueden contar cosas similares o asimilables y también soy conciente de que, llegado el caso, la inmensa mayoría de los clubes -acaso la totalidad- serían “militados” con la misma pasión con que lo fue uno de los dos gigantes de Avellaneda… Pero le tocó a Rácing). Aquella pueblada rancinguista fue una nueva fundación. ¿Cómo no va a merecer esa hinchada militante y comprometida un día que los recuerde y celebre?
Feliz día, amigos hinchas del viejo Racing Club! Con toda mi admiración.