El Messi de la gente
Todos hablan de este nuevo Messi: le dicen el maradoneano, el picante, el vulgar, el gede, el provocador. Lo que llama la atención es que pareciera que lo descubren ahora, como si un día cualquiera durante esta Copa del Mundo, se levantó y se empecinó en ser otro.
No hay metamorfosis kafkeana acá, ni ningún mito que narre el origen de un héroe. Para aquellos que lo seguimos de cerca, que lo observamos con lupa de fan, sabemos que hace rato dejó de ser ese pibito de pelo largo que esquivaba rivales rodeado de los mejores soldados de Guardiola. Hace tiempo ya que abandonó ese rol pasivo de no reaccionar ante las patadas, las provocaciones y los insultos.
Ese Messi quedó atrás, y si bien no se puede precisar en qué momento mutó a esta nueva versión, podríamos empezar a estudiar su comportamiento dentro del campo de juego, tal vez desde el momento que fue padre. El mojón bien podria ser ese. Es probable que al experimentar la paternidad haya generado en él la necesidad de asumir un nuevo rol, ser el líder de sus compañeros.
El hombre de espaldas al abismo observa la inmensidad del futuro que se avecina y siente que el mundo cambió. No es casual que los jugadores que lo rodean hoy en la selección, crecieron amándolo como ídolo. Él de alguna manera es su padre. Así como Michael Corleone (Al Pacino), en El Padrino, debe asumir su destino y tiene que posicionarse al frente de su familia por la convalecencia del padre, Messi acepta esta nueva era sabiendo que debe pelear por lo suyo y por lo de su manada. Pero hay algo que nunca se bancó y nunca se va a bancar, que alguien (en este caso Van Gaal) subestime su capacidad de juego pero sobre todo de su aguante y el de sus guerreros espartanos.
Este es el Messi que pedían detractores y esperábamos quienes lo amamos, pero como todo dios pagano, cuando llega hace tanto ruido que descoloca a propios y extraños. Que la prensa lo llame como quiera para vender titulares, lo importante está en no comprar pescado sin cadena de frío y disfrutar las últimas ejecuciones de El Padrino de nuestros potreros.